domingo, 18 de marzo de 2012

Las Misiones Pedagógicas de la IIª República

Uno de los déficits más graves que ha mantenido la sociedad española desde el siglo pasado ha sido el educativo y cultural. Las altas tasas de analfabetismo, la falta de infraestructuras educativas, el desconocimiento de las diversas artes, el escaso interés por la ciencia, eran todas ellas lacras que impedían la modernización de España y su inclusión en los estándares europeos.
El primer gobierno que se interesó verdaderamente por este problema fue el republicano de 1931. El programa reformista del primer bienio de la IIª República incidió en la mejora de la educación y de la cultura popular. Para ello aumentó la inversión en la creación de escuelas y en la formación de maestros; pero también se llevaron a cabo soluciones más ingeniosas y citaremos por su relevancia la iniciativa de las Misiones Pedagógicas. Fueron aprobadas siendo ministro de Instrucción Pública Marcelino Domingo y sus objetivos eran:
  • Fomentar la cultura general mediante bibliotecas populares, organización de lecturas, sesiones cinematográficas para conocer otros pueblos, sesiones musicales de coros y orquestas, audiciones por radio, exposiciones de arte con museos circulantes. 
  • Orientación pedagógica con visitas a escuelas para conocer su situación con la posterior celebración de una semana o quincena pedagógica y cursillos para maestros, en los cuales les muestran o enseñan cómo dar clases a los niños y los materiales de los que disponen. 
  • Desarrollo de la cultura ciudadana. Para ello se celebraban reuniones con principios democráticos de los pueblos modernos para revisar la estructura del estado y sus poderes. 
En el proyecto participaron sobre todo maestros, profesores, artistas, estudiantes, escritores, etc. Algunos de ellos ya eran personalidades en sus campos de creación, como los poetas Miguel Hernández o García Lorca, otros los serán más tarde: Carmen Conde, María Moliner, Ramón Gaya, etc.
Para el gobierno republicano el desarrollo cultural era una parte integrante de la justicia social y un instrumento de liberación de la opresión. A este respecto, las palabras de García Lorca en el discurso de apertura de una biblioteca en Fuente Vaqueros, su pueblo, son todo un manifiesto de la implicación de los intelectuales de la época en general, y de Lorca en particular, en las tareas de las Misiones Pedagógicas. De la misma manera está latente su confianza ciega el el poder de la cultura, de los libros, de la sabiduría en suma como medio de lograr la libertad.
La experiencia duró poco ya que los gobiernos conservadores recortaron sus presupuestos a partir de 1935 y su acción no llegó a todos los objetivos previstos. Pero su valor como proyecto sigue estando ahí.
La siguiente presentación, de autoría desconocida, recopila el mencionado discurso. A continuación un breve documental nos introduce en la tarea de las Misiones Pedagógicas.


Medio Pan y Un Libro. Lorca
Fuente: desconocida

Fuente: Factoría de la Historia



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